La inteligencia artificial promete aumentar la productividad del sector, haciendo más fácil la ejecución de procesos, pero todavía está por ver cómo evolucionarán los espacios.
Entre la fascinación y el miedo, la inteligencia artificial (IA) lleva un año haciéndose con el público masivo: su sobrino la ha usado para hacer su último trabajo de la Universidad, vídeos con doblajes automáticos recorren la Red y las fotografías se completan y modifican sin mucho esfuerzo. Conceptos como la IA generativa o el machine learning ha pasado de ocupar los despachos de Silicon Valley y los laboratorios del Massachusetts Institute of Technology (MIT) a ganarse su propio hueco en las cenas de navidad que se acercan, y el principal culpable es ChatGPT, el generador de texto que esta semana cumple su primer año de lanzamiento. Según el propio programa, ChatGPT es “un modelo de lenguaje avanzado desarrollado por OpenAI que utiliza la arquitectura GPT-3.5 para generar respuestas coherentes y contextualmente relevantes en conversaciones basadas en texto”. Sus aplicaciones son muchas, de traducir textos a mantener conversaciones, la redacción de contenidos o la solución de problemas, pero, además, ha abierto la puerta a que empresas y ciudadanos pensaran en ella más allá de la ciencia ficción. La empresa responsable de esta hazaña ha sido OpenAI, que en la última semana protagonizó una historia de intriga corporativa digna de la gran pantalla. Sam Altman, fundador de la compañía que creó ChatGPT, fue despedido de la empresa tras una inesperada decisión de la junta. Días más tarde, tras una campaña iniciada por empleados e inversores, el directivo ha vuelto a su puesto. El conflicto se fraguó entre las discrepancias de los miembros más catastrofistas, que buscaban ralentizar los avances, y los más optimistas, capitaneados por Altman, que finalmente han ganado la partida. En el que parece un avance sin vuelta atrás, el real estate también anticipa su propia revolución.
Se espera la llegada de edificios más inteligentes que cuenten con una estructura compatible con la inteligencia artificial
“La inteligencia artificial tiene un enorme potencial para remodelar el sector inmobiliario, con impactos a corto y largo plazo que van desde la aparición de nuevos mercados y tipos de activos hasta innovaciones en modelos de inversión y generación de ingresos”, señalaba la consultora JLL en el informe Artificial Intelligence: Real Estate Revolution or Evolution. La compañía anticipa que un ecosistema de inteligencia artificial en rápido crecimiento va a impulsar la demanda de activos inmobiliarios en diferentes mercados del mundo. Sin embargo, también apunta que el sector se encuentra en un momento de prueba y error, en el que las empresas tendrán que preparar su propia estrategia y comprobar qué herramientas les son útiles, antes de expandirlas para proporcionar valor. Uno de los usos de los que puede experimentar el real estate con esta nueva tecnología es el cambio de la demanda, por el fuerte crecimiento que registrarán los centros de datos, las redes eléctricas o las infraestructuras de conectividad. Además, se espera la llegada de edificios más inteligentes que cuenten con una estructura compatible con la inteligencia artificial. Con el uso de la IA, la consultora anticipa que será mucho más fácil crear edificios con emisiones netas cero y un alto rendimiento sostenible. La IA también entra en el plano más operativo: los procesos impulsados por ella permitirán realizar transacciones más rápidas y una comprensión más eficiente de propiedades y mercados, catalizando inversiones a escala global. El uso de la IA en los espacios también puede facilitar la expansión y la capacidad del modelo “espacios como servicio”, generando nuevas fuentes de ingresos para propietarios y operadores. El uso de la IA también llega a los trabajos más creativos y se coloca como una herramienta más para el diseño de espacios. Además de los nuevos usos, queda por ver cómo el sector va a capear los cambios en el mercado laboral que han predicho diversas instituciones. El propio Foro Económico Mundial ha señalado que la automatización resultará un aumento neto de 58 millones de empleos, sustituyendo tareas repetitivas por otras de más valor añadido, por lo que nuevos empleos pueden requerir de nuevos espacios.
Fuente: EjePrime