El Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP) grava la transmisión de bienes y derechos entre personas, ya sea de forma onerosa o gratuita.
En esta publicación, hacemos un análisis detallado del ITP, su funcionamiento, los aspectos legales que lo regulan, sus diferentes modalidades y los principales aspectos que debes conocer.
¿Qué es el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP)?
El Impuesto de Transmisiones Patrimoniales es un tributo indirecto que grava la transmisión de bienes o derechos entre personas físicas o jurídicas. Se encuentra regulado por la Ley 29/1987 de 18 de diciembre, sobre el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados, aunque cada comunidad autónoma tiene competencias para establecer sus propias normativas y modificar algunos aspectos del impuesto, como los tipos impositivos y las bonificaciones.
El ITP se aplica principalmente en tres tipos de operaciones:
Transmisiones onerosas
Este tipo incluye las compraventas de bienes, como inmuebles, vehículos o cualquier tipo de propiedad, en las que existe una contraprestación económica, es decir, se paga un precio por la adquisición del bien.
Transmisiones lucrativas
En este caso, el impuesto se aplica a las donaciones y herencias. En las transmisiones lucrativas, no existe una contraprestación económica, ya que los bienes se transmiten de forma gratuita.
Actos jurídicos documentados
Esta modalidad grava los actos que requieren ser formalizados mediante un documento público, como los documentos notariales que avalan la compraventa o constitución de hipotecas.
¿Quién está obligado a pagar el ITP?
El ITP afecta tanto a personas físicas como a personas jurídicas. En el caso de las transmisiones onerosas, el obligado tributario es el comprador del bien, ya que es él quien adquiere la propiedad. Por otro lado, en las transmisiones lucrativas, la obligación de pago recae sobre el receptor del bien o derecho, es decir, sobre el heredero o el donatario.
En todos los casos, la gestión del impuesto y la autoliquidación deben realizarse en la comunidad autónoma correspondiente, ya que el ITP es un tributo que depende de las competencias autonómicas en cuanto a tipos impositivos y bonificaciones.
¿Cómo se calcula el ITP?
El cálculo del ITP depende de la modalidad de la transmisión y del valor de los bienes o derechos que se transfieren.
En las transmisiones onerosas, la base imponible es el valor del bien adquirido. Por ejemplo, en la compraventa de una vivienda, el precio de venta será el valor que se tomará como base para aplicar el impuesto. En este caso, el tipo impositivo varía dependiendo de la comunidad autónoma, pero por lo general se encuentra entre el 6% y el 10% sobre el valor de la operación.
En las transmisiones lucrativas, la base imponible es el valor de los bienes y derechos heredados o donados. El tipo impositivo, en este caso, depende de la relación de parentesco entre el donante y el receptor, así como de la cuantía de la herencia o donación. Por lo general, los impuestos son más altos en las transmisiones entre personas que no tienen parentesco cercano. Las comunidades autónomas pueden aplicar bonificaciones en base a la cercanía familiar, lo que puede reducir considerablemente el importe a pagar.
En los actos jurídicos documentados, el impuesto se calcula en función del valor del acto o contrato que se formaliza. Por ejemplo, si se firma una hipoteca, el ITP se aplicará sobre el valor del préstamo hipotecario. El tipo impositivo también puede variar según la comunidad autónoma.
Plazo y forma de pago del ITP
El plazo para liquidar el ITP depende de la operación realizada, pero generalmente es de 30 días hábiles desde el momento de la transmisión. Esto significa que el contribuyente debe presentar la autoliquidación del impuesto y efectuar el pago dentro de este plazo. La autoliquidación se realiza a través de formularios establecidos por las agencias tributarias autonómicas, y el pago puede efectuarse en sucursales bancarias o de manera telemática, dependiendo de la normativa de cada comunidad.
Es fundamental cumplir con este plazo, ya que el incumplimiento puede acarrear sanciones, recargos e intereses de demora. En el caso de las operaciones más complejas, como las herencias o las transmisiones de empresas, es recomendable contar con el asesoramiento de un experto para garantizar el cumplimiento correcto del impuesto.
Exenciones y bonificaciones
Una de las características más importantes del ITP es que, debido a las competencias autonómicas, las comunidades pueden establecer **bonificaciones** o exenciones que modifiquen la cantidad que el contribuyente debe pagar. Algunas de las más comunes son:
Exención en la compra de la vivienda habitual
En algunas comunidades autónomas, los compradores de su vivienda habitual pueden beneficiarse de tipos impositivos reducidos o de una exención parcial.
Bonificaciones por donaciones entre familiares cercanos
Las donaciones realizadas entre padres e hijos o entre cónyuges suelen contar con reducciones en la base imponible, lo que puede reducir considerablemente el impacto del impuesto.
Exenciones en la transmisión de empresas
Para fomentar la continuidad de las empresas familiares, algunas autonomías ofrecen bonificaciones en la transmisión de negocios o de bienes afectados a la actividad económica.
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